En Europa, uno de cada dos niños y niñas cree que su futuro va a ser peor que su presente

La alianza internacional ChildFund, de la que nuestra ONG Educo es miembro, ha presentado en Nueva York el Índice Mundial sobre los Derechos de las Mujeres y la Infancia. Este documento es un profundo análisis de la situación de los derechos de estos colectivos en 157 países del mundo en base a indicadores y fuentes oficiales. Además, incluye los resultados de una encuesta realizada a 10.000 niños, niñas y adolescentes de 10 a 18 años de 41 países.  

En este informe se ve claramente que en muchos contextos se siguen infravalorando los derechos de la infancia y de las mujeres. Pone delante de la sociedad una realidad de la que no siempre somos conscientes. El informe señala que, en general, las sociedades actuales son menos democráticas y seguras para las mujeres y la infancia. 

En el mundo, 1 de cada 3 niños y niñas y 1 de cada 4 mujeres viven en países en los que los derechos humanos se aplican de manera muy limitada. Al ritmo actual, ambos colectivos no alcanzarán plenamente sus derechos hasta dentro de 113 años. Mientras que se ha progresado en temas como el acceso a la información, el acceso al agua, la higiene o la salud infantil, otros como los derechos educativos se han estancado tras la pandemia. “La educación es una de las claves para salir del círculo de pobreza. Hay que garantizar que todos los niños y niñas puedan acceder a una educación de calidad. No podemos dejar a nadie atrás y tampoco podemos permitir que este derecho quede estancado”, señala nuestra directora general, Pilar Orenes.  

España en la posición 21 

Según el índice que incluye el informe, los países del norte de Europa lideran la protección de los derechos de las mujeres, niños, niñas y adolescentes. Son más respetados en Suecia, Islandia y Noruega, mientras que a la cola de la lista se encuentran países como Afganistán, donde los derechos de las mujeres y las niñas corren un especial peligro, Malí, Níger, República Centroafricana y Chad. Asimismo, y a causa de los conflictos actuales, se prevé un empeoramiento de los derechos en el Líbano y Palestina. España se encuentra en la posición número 21 de esta lista, justo detrás de Canadá y delante de Alemania.  
 

La encuesta realizada a 10.000 niños, niñas y adolescentes muestran que el desempleo, la pobreza y las epidemias están entre sus principales preocupaciones. 

“A la hora de realizar este informe era muy importante poder recoger la opinión de la infancia. En sus respuestas vemos sus preocupaciones, pero también sus aspiraciones. Tienen el derecho de ser escuchados y de que sus opiniones se tengan en cuenta porque sin ellos es imposible construir un mundo más justo y solidario”, afirma Pilar. “No solo su futuro tiene que ser mejor, también lo ha de ser su presente”.  

En Europa, 1 de cada 2 niños y niñas de los casi 350 que se han entrevistado creen que su futuro será peor que su presente. En general, la infancia que vive en países europeos y que viven en entornos relativamente estables sienten más incertidumbre e infelicidad y conocen poco sus derechos. Por el contrario, en países como Tanzania o Kenia, por ejemplo, son más conscientes de sus derechos. Asimismo, más de uno de cada diez niños y niñas declaran sentirse infelices con regularidad, cifra que se eleva a más de uno de cada tres en África Occidental y Central.  

La alimentación y educación están relacionados con la felicidad de la infancia 

En relación a su educación, 1 de cada 10 niños, niñas y adolescentes tiene que trabajar.  Además, en África Occidental y Central 1 de cada 3 niños y niñas no va a la escuela de forma sistemática. En el caso de la inseguridad alimentaria, afecta al 14% de la infancia.  “La alimentación y la educación son dos factores que están relacionados con la felicidad de los niños y niñas. Aquellos y aquellas que van regularmente a la escuela y que no tienen problemas para comer tienden a tener niveles de felicidad más altos”, explica Pilar.  

Casi la mitad de la infancia que ha participado en la encuesta – 4 de cada 10 – siente inseguridad por culpa de las guerras y la delincuencia. Por último, más del 25% de los niños y niñas cree que las personas adultas no defienden plenamente sus derechos.  

Pero los derechos de la infancia, ¿cómo podemos hacerlos realidad y que realmente sean para todos los niños y todas las niñas?

La Asamblea General de Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países, a partir de 1956, el Día Universal del Niño, una fecha dedicada a promover la fraternidad entre los niños y las niñas del mundo entero y su bienestar. En muchos países este día es el 20 de noviembre, aniversario de la Declaración de los Derechos del Niño, aprobada en 1959, y la Convención de los Derechos del Niño de 1989. A pesar de que desde entonces ha habido avances, incluso en los países más desarrollados, se siguen vulnerando los derechos de la infancia.

Nil, Laia, Iris, Génesis, Carla y Arnau, niños y niñas que participan en nuestros proyectos, tienen muchas ideas y nos han compartido sus mensajes para las personas que deciden sobre sus derechos. Ante todo, reclaman que se cumplan y que no haya tantas diferencias entre niños y niñas, hayan nacido donde hayan nacido.

Como Iris, que reclama el derecho a la alimentación: “Quiero todo el mundo pueda comer saludable, que nadie pase hambre, que todos los niños tengan derecho a comer”, sobre lo que Nil puntualiza, igual de triste que indignado: “Ellos solo han nacido en una familia pobre, ¿por eso no deberían tener comida?”

También respecto a la seguridad alimentaria, Génesis pide acceso a fuentes de agua segura para todos: “Yo creo que debería haber agua para todos los niños. O sea, que todo el mundo tengamos derecho a un agua más sostenible y que no esté contaminada”.

Laia habla de sentirse segura y “que todo el mundo estuviera igual de cuidado y protegido” y Carla reclama que los niños y las niñas puedan disfrutar de su infancia y no tengan que hacer cosas que no deberían: “Hay niños que tienen mi edad o son algo más grandes, tal vez, pero que tienen que trabajar todo el día y no tienen tiempo libre. Yo, por ejemplo, cuando llego a casa me pongo a jugar con mi perra, no tengo que trabajar ni hacer cosas que a mi edad no me tocarían”.

Desde nuestra ONG Educo seguiremos trabajando para que cada día más niños y niñas puedan vivir tranquilos, seguros, siendo quienes quieran ser y creando el mundo en el que realmente merecen crecer. 

Derechos de imagen: Jake Lyell 

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