Los niños siempre tienen cientos de preguntas para hacernos, ¿verdad? Y lo cierto es que nosotros mismos tenemos muchas veces dudas respecto a la alimentación. Por eso, hoy en Educo, respondemos a 13 dudas habituales sobre las carnes rojas.
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La famosa carne roja es aquella que al estar cruda exhibe dicho color. Se trata de la carne de los mamíferos que se utiliza para consumo humano, es decir la carne de ternera, cerdo, toro, jabalí o venado, entre otras.
El color rojizo de la carne se debe principalmente a un componente llamado mioglobina. Básicamente, las llamadas carnes blancas tienen unos valores de mioglobina inferior al 1% mientras que las carnes rojas superan dicho valor. La alta concentración de este componente otorga la tonalidad roja a la carne.
Las carnes rojas son fuente de:
Proteínas: dependiendo del tipo de carne y corte, los valores de proteínas varían entre un 15 y un 25%. Ten en cuenta que las proteínas son necesarias para el crecimiento, reparación y mantenimiento de músculos, hormonas, tejidos, piel y cabello. Además, las proteínas forman neurotransmisores que se encargan de transmitir impulsos nerviosos, permitiéndonos movernos o generar pensamientos, y brindan energía al cuerpo.
Grasas: es recomendable escoger carnes magras. Recuerda que la grasa es importante para nuestro cuerpo ya que brinda energía pero siempre en cantidades moderadas.
Hierro: este mineral es fundamental para el crecimiento y desarrollo corporal. Gracias al hierro, el cuerpo puede fabricar hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos que se encarga de transportar oxígeno.
Zinc: es esencial para la actividad metabólica.
Fósforo: su principal función es formar huesos y dientes fuertes y sanos.
Niacina: es una forma de vitamina B3 que sirve para la salud del sistema nervioso y la piel
Vitamina B12: en pocas palabras, ayuda a mantener las neuronas y los glóbulos sanguíneos saludables.
Tiamina: la también llamada vitamina B1 ayuda a sintetizar alimentos y obtener energía de ellos.
Riboflavinas: son necesarias para el buen funcionamiento celular.
Sí, claro. Debes considerar la mejor manera de sustituir las proteínas de la carne por otras fuentes de proteínas. Para ello, nada mejor que consultar con un especialista en nutrición.
Nosotros podemos adelantarte que existen algunos alimentos que pueden utilizarse para sustituir la carne roja como por ejemplo:
Las legumbres: lentejas, frijoles, garbanzos o alubias. Todos ellos aportan proteínas al organismo. Lo mejores es combinarlos con carbohidratos y verduras para potenciar sus beneficios.
El tofu: este alimento a base de soya es fuente de proteínas, hierro, calcio y magnesio.
Los huevos: fuente de proteínas de alta calidad, los huevos son la manera más sencilla de reemplazar las carnes rojas.
Los frutos secos: las uvas pasas, los cacahuetes, las semillas de girasol y las nueces aportan proteínas y vitamina E. Son perfectas para un picoteo saludable. Eso sí, no olvides consumirlas con moderación ya que tienen un alto contenido calórico.
El requesón: su gran aporte de calcio y proteínas lo convierten en una buena opción para suplantar las carnes rojas. Combínalo con verduras y granos para lograr un plato completo.
Seguramente has oído hablar de carne roja y carne procesada y desde ya te advertimos: ¡no es lo mismo! La carne roja ya hemos dicho que es aquella que deriva de mamíferos y presenta un color rojizo. Pues bien, la carne procesada es carne que ha recibido algún tipo de tratamiento industrial como puede ser la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado o cualquier proceso de conservación.
Entre las carnes procesadas contamos:
salchichas
jamón
carne seca
carne en conserva o lata
salame
En 2014, el IARC, instituto que depende de la OMS (Organización Mundial de la Salud), clasificó a las carnes rojas en el grupo 2 entre los carcinógenos para los humanos. Ahora bien, ¿qué significa esto?
Estar en el grupo 2 de este listado no significa que comer carnes rojas necesariamente genere cáncer, sino que existe una asociación positiva entre carne y cáncer colorrectal, de páncreas y próstata. Sin embargo, no se ha podido aún determinar que las carnes rojas sean el factor determinante de la producción de cáncer.
Las carnes procesadas, en cambio, se encuentran clasificadas dentro del grupo 1, es decir que existe evidencia directa de que estos alimentos consumidos en grandes dosis pueden causar cáncer.
Según los recientes estudios del ente mencionado en la pregunta anterior, el consumo de carne a diario sería dañino para nuestra salud. Esto se debe a que un consumo elevado de carnes rojas podría aumentar los riesgos de padecer hipertensión, diabetes, colesterol alto, ácido úrico alto, infarto o incluso cáncer.
Otros estudios han asociado un alto consumo de carnes rojas (más de 350 gramos por día) con la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular.
Cuando hablamos de un corte de carne "mejor" que otro nos referimos a los niveles de grasa que pueden llegar a afectar nuestra salud cardiovascular. Sin embargo, el verdadero problema de las carnes más allá de la grasa es la fibra del tejido muscular. Mientras que la grasa puede retirarse, la fibra no: es justamente ese "jugo" que vemos gotear cuando hacemos una barbacoa.
Lo mejor es optar por cortes magros para evitar ingerir dicha fibra y grasa.
La cantidad de grasa varía de un tipo de carne a otro e incluso se encuentran diferencias de un corte a otro. Veamos algunos ejemplos:
Ternera magra: alrededor de 5,5 / 6 gramos de grasa cada 100 gramos de carne.
Cerdo magro: alrededor de 7,5 / 8 gramos de grasa cada 100 gramos de carne.
Cordero: alrededor de 10 gramos de grasa cada 100 gramos de carne.
Sí, aunque parezca extraño es así. Las carnes asadas en barbacoa generan unas sustancias llamadas aminas heterocíclicas (AHC) debido a su cocción sobre fuego directo. La fibra muscular y la grasa que gotea sobre el fuego producen llamas y estas contienen hidrocarburos aromáticos policíclicos. Ambas sutancias (hidrocarburos y aminas heterocíclicas) cambian el ADN de la carne.
Ese cambio den el ADN puede aumentar el riesgo de que la carne sea cancerígena. Por este motivo, se recomienda cocinar la carne roja al horno, a la plancha o hervida.
La respuesta a esta pregunta no es concluyente ya que no existen estudios que aseguren un riesgo cero de padecer cáncer y otras enfermedades si se eliminan las carnes rojas de la dieta. En general, los especialistas recomiendan un consumo moderado de carnes rojas.
En un artículo publicado en ABC, diferentes pediatras defienden el consumo de carnes rojas por parte de los niños, sosteniendo que "la carne aporta al niño sobre todo proteínas de gran calidad, aunque contiene gran proporción de grasa... y también concentraciones importantes de hierro, zinc, fósforo, yodo y vitaminas del complejo B. Todas estas sustancias son imprescindibles para el crecimiento y el desarrollo del niño".
Por supuesto, se refieren siempre a un consumo moderado y en porciones adaptadas a las necesidades infantiles.
Como ya hemos visto en nuestro artículo "La pirámide alimentaria infantil", la dieta de los niños debe basarse en cereales de grano entero, verduras y frutas. Además, los niños deben consumir 400 ml. de lácteos al día y 2 raciones de carnes magras, huevos, legumbres o pescados diariamente.
Ten en cuenta que una ración equivaldría a unos 100 gramos de carne, según datos de la Asociación Española de Pediatría. Consulta con tu médico pediatra sobre las cantidades adecuadas para tu hijo en relación a su edad y sus necesidades calóricas.
¿Hemos respondido a tus preguntas sobre las carnes rojas?
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