Tidiane Diarra es un joven alegre y risueño de veinticuatro años. Lo conocimos cuando era un niño de tan solo seis. Hoy trabaja como técnico de cooperación de Educo en Mali.
Hace casi veinte años que empezamos a trabajar en su escuela, en Nampasso, un pueblo de la región de Segú. Por aquel entonces el joven Tidiane vivía con sus padres y sus cinco hermanos, dos chicas y tres chicos. Durante tres cursos escolares, Tidiane recibió nuestro paquete escolar, clases de refuerzo y algunos medicamentos para tratar el paludismo y la fiebre tifoidea que sufría.
"Educo apoyó nuestra escuela con material escolar y eso me ayudó mucho. A pesar de mi enfermedad, a medida que se acercaban las evaluaciones, pude completar con éxito el año escolar gracias a los cursos de recuperación y las medicinas que nos daba la ONG", cuenta el joven y añade: "Educo también ayudó a nuestros padres a tener nuestros certificados de nacimiento y se ocupó de la atención sanitaria de muchos estudiantes”.
El padre de Tidiane, Amadou Diarra, relata el alivio que suponía nuestro apoyo para la economía familiar: "La apertura de las clases coincidía cada año con la temporada de escasez. Muchos padres teníamos serias dificultades para dar a nuestros niños el material escolar. Por eso el paquete escolar, las clases de recuperación y la atención sanitaria aportaron un plus a su formación básica".
Tidiane soñaba desde niño con trabajar en una oenegé y ayudar a los niños y niñas de su comunidad, como así hicieron con él.
Sus profesores lo definen como un estudiante excelente, valiente, disciplinado y muy curioso. Y es que el pequeño ya destacaba en sus primeros años de educación. “Era un estudiante poco común, muy tranquilo y trabajador”, nos cuenta Fatoumata Sidibe, una de sus profesoras hoy ya jubilada.
Ya de niño le emocionaba ver el trabajo de Educo en su escuela y alguna vez menciona que de mayor querría trabajar en una oenegé. "Recuerdo haberle oído decir durante una sesión de sensibilización con el personal de Educo que le gustaría llegar a ser uno de ellos algún día: técnico de desarrollo para ayudar a los niños de su comunidad", cuenta Fatoumata.
Y ese día llegó. Con todas sus ganas de prosperar y aprender y nuestro apoyo, el joven pudo finalizar sus estudios de postgrado en Bamako y se unió a nuestro equipo dando apoyo puntual durante 15 meses. Y hace exactamente dos años, Tidiane se convirtió en técnico de desarrollo local.
Una evolución merecida, según la opinión de varios de sus compañeros: "Estamos orgullosos de ver a Tidiane trabajando hoy en Educo a favor de los niños que necesitan apoyo y acompañamiento para triunfar como él lo hizo", cuenta uno de nuestros compañeros de Mali.
"Estoy orgulloso de trabajar para Educo. En Ségou, es imposible identificar una sola escuela que no se haya beneficiado de los proyectos de nuestra oenegé. A corto y medio plazo, quiero aprender mucho más de mi trabajo para lograr, algún día, ascender a director de Educo en Mali", asegura Tidiane.
Desde el año 2000 trabajamos para proteger a la infancia maliense: apoyamos con material escolar, cubrimos los gastos médicos de enfermedades como la malaria y la fiebre tifoidea, velamos por la seguridad alimentaria, el acceso al agua y saneamiento, la higiene escolar y la ayuda humanitaria. Este pasado año, hemos atendido a más de 33.000 niños y niñas.
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