Los debates sobre el modelo más adecuado de crianza de nuestros hijos han pasado de ser el tópico de conversaciones de patio de vecinas a convertirse en objeto de multitud de estudios científicos. La
cientificación de la crianza está bien, sobre todo cuando los estudios científicos le dan la razón al modelo de crianza que has elegido para educar a tus pequeños, aunque muchas veces, al menos a algunos de nosotros, nos dejan con una sensación parecida a un "era obvio, ¿no?".
Un nuevo estudio publicado en
Frontiers in Psychology recomienda dejar a los niños tiempo libre, ya que los niños que participan en menos actividades dirigidas desarrollan mejor autoestima, son capaces de resolver mejor los problemas y tienen mayor capacidad de decisión a largo plazo. Es decir, a la larga, no sólo alcanzan los mismos éxitos que los niños que van a trescientas extraescolares, sino que los superan porque son más autónomos.
Los niños necesitan tiempo para jugar
Ahora que la vuelta al cole está aquí, si hacemos un pequeño esfuerzo, podemos darnos cuenta de
los "horarios de trabajo" que tienen nuestros hijos, a veces, incluso más largos que los nuestros. Tal y como está el patio en el temas de conciliación, muchas veces no queda más remedio, pero lo que hay que tener en cuenta es que no es necesario que los apuntemos a más cosas durante su tiempo libre porque nos estemos preocupando por su futuro. Igual tampoco es importante que hagan tantos deberes.
El ser humano es, desde el punto de vista biológico, lo que se conoce como una especie neoténica. La neotenia es una característica que poseen algunos mamíferos, en especial nosotros, y que consiste en mantener "características de cachorro" durante la etapa adulta. Una de las características más importantes de los cachorros de muchos mamíferos ( en especial de los primates) y todos aquellos que viven en grupo es el juego.
Jugar no es un extra, no es un premio que se da por haber hecho bien los deberes. El juego, no sólo para los niños sino también para los adultos, es una necesidad.
Esto, por supuesto contribuye a la salud, principalmente a la mental, no sólo durante la niñez, sino durante la edad adulta. Tener una buena autoestima es la base fundamental para ser un adulto mentalmente sano y feliz. La buena autoestima está relacionada con un menor riesgo de enfermedades o trastornos mentales como la depresión o la ansiedad y es la mejor garantía para superar los problemas. Además está relacionada con la resiliencia, la capacidad del ser humano de recuperarse de los malos tragos. Asímismo la capacidad de decisión es importante a la hora de convertirse en un adulto competente. Autoestima y capacidad de decisión son el mejor regalo también para prevenir abusos y son importantísimas durante toda la vida y sobre todo en la adolescencia.
La lección si es divertida nunca se olvida
Las cosas que mejor se aprenden son las que te gustan y
jugar es la mejor herramienta para interiorizar conocimientos. Lo que se experimenta se recuerda mejor. Si los pedagogos nos dicen que hay que introducir el juego libre en las aulas y cada vez más colegios hablan de aprender jugando, ¿por qué después nosotros nos empeñamos en mantener a nuestros hijos también sentados de siete a nueve, intentando que aprendan chino mandarín?
Para aprender todos los niños necesitan correr, saltar, trepar, manipular cosas, inventar, imaginar, descubrir por sí mismos, observar, vivir la naturaleza...En nuestra sociedad moderna los niños prácticamente no tienen tiempo libre y por tanto no tienen tiempo de ser niños. Y como dice el estudio, esto tiene a la larga un precio.
Aunque te preocupe el futuro de tu hijo, aunque pienses que en este mundo competitivo hay que estar sobradamente preparado, aunque creas que cuantos más idiomas hable y más matemáticas sepa y mejores notas saque mejor le irá en la vida, la ciencia lo que dice es que
la mejor garantía de éxito para que un niño se convierta en un adulto competente es dejarle ejercer de niño.
Deja que tus hijos sean niños, su infancia además, se te va a hacer muy corta. Aprovecha para disfrutarla. Y volver a jugar tú también.
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Bytenic,
Charo Guijarro.
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