El activismo juvenil o movimientos de protesta y cambio no son algo nuevo. Hay muchos ejemplos en nuestra historia y seguiran habiendo porque, por desgracia, en el mundo aún queda mucho por cambiar. Pero en los últimos años, las nuevas tecnologías y en concreto, internet y las redes sociales, han ayudado a globalizar e impulsar ciertos movimientos y personas.
Greta Thunberg es un ejemplo y ya no necesita presentación. La revista Times la eligió en 2019 como “persona del año” y su rostro y palabras han dado la vuelta al mundo para posiblemente cambiar el rumbo de las negociaciones internacionales climáticas y para enraizar la necesaria concienciación climática entre la ciudadanía. Pero no es la única. Malala Yousarfai, quizá no tan conocida pero igualmente influyente, consiguió reivindicar la importancia de la educación y especialmente para las niñas de Pakistán y del mundo entero.
Sí, a estas alturas tenemos claro que una niña, niño o joven puede cambiar las cosas. Pero ¿Y si salimos de las grandes figuras? De las mediáticas, de las más conocidas. ¿Cómo podemos acompañar a un niño o niña que no está de acuerdo en cómo funciona el mundo que le rodea, que tiene propuestas para mejorar su entorno? Podríamos pensar que es mucho esfuerzo para poco rédito, pero acompañar a un niño, niña o joven que quiere cambiar las cosas puede tener más beneficios de los que pensamos.
La Guía para jóvenes activistas que acabamos de lanzar en el marco de la campaña Activa la Escucha de Educo, te ayuda a diseñar una campaña de movilización desde la elección de la causa hasta la planificación de acciones y la selección de los públicos a los que llegar. Es un manual que inspira a la acción y al leerlo rápidamente se vislumbra el cambio que el activismo y la participación produce en los niños y niñas que se lanzan a actuar. No se trata de cambiar el mundo de la noche a la mañana, si no de que las y los jóvenes, y también los niños y niñas, puedan influir en el mundo que les rodea: su escuela, su barrio, su piscina... Además de ser bueno para su entorno, puede ser muy enriquecedor para el niño o niña. Estas son algunas de las aptitudes y valores que aprenden:
Confianza y autonomía son grandes cualidades que queremos para nuestros peques. Confiamos en nosotros cuando sentimos que lo que hacemos tiene importancia y sentirnos parte de un cambio es motivante y transformador. Si tu peque siente que su opinión importa, ganará sin duda confianza y autonomía.
Cooperativismo, solidaridad y escucha activa. La base para mejorar la convivencia, para ser más resilientes como grupo, como sociedad, como familia. La escucha activa potencia la capacidad de entendernos y de entender a las demás personas y es en el trabajo en equipo cuando aprendemos a ponerla en práctica y su valor.
Actitud crítica para informarnos y formarnos, para entender por qué algo no nos gusta y para desarrollar ideas creativas que nos permitan proponer soluciones a esa realidad que queremos cambiar.
Sin duda, el activismo juvenil, permite que la persona vea su voz resaltada y, al trabajarlo en equipo, se desarrolla desde una mirada de igualdad y respeto. Acompañarlos en este camino requiere por nuestra parte liberarnos de adultocentrismos, practicar la escucha activa y aceptar que no por ser pequeños, sus ideas son menos importantes.
Durante este curso escolar que recién acaba de empezar, desde Educo estaremos promoviendo el activismo juvenil en centros educativos de toda España. Si conoces algún centro o perteneces a uno y quieres que vivan esta experiencia transformadora, escríbenos a info@activalaescucha.org Te contamos cómo hacerlo.
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