Algo tan común como abrir la nevera y que esté llena de comida es impensable para millones de niños y niñas en el mundo. La
desnutrición infantil sigue siendo un problema grave hoy en día, a pesar de que el derecho a la alimentación adecuada es un derecho fundamental que condiciona el goce de otros derechos como el derecho a la vida y a la salud.
Para comenzar, queremos que conozcas varios
datos del Programa Mundial de Alimentos (WFP) sobre la desnutrición en el mundo:
- 66 millones de niños y niñas en edad escolar primaria asisten a clases con hambre en países en desarrollo.
- La nutrición deficiente es la causa del 45% de las muertes de menores de 5 años.
- 1 de cada 6 niños y niñas –aproximadamente 100 millones– en los países en desarrollo presentan peso inferior al normal.
- 1 de cada 4 niños y niñas padece retraso en el crecimiento.
¿Qué te parecen estos datos? Son realmente preocupantes, ¿verdad? Porque no se trata solo de cifras, son niños y niñas que tienen hambre. Acercarnos a este problema mundial y sus consecuencias nos acercará también a cómo podemos contribuir a paliarlo.
¿Qué es la desnutrición?
Cuando hablamos de
desnutrición infantil no nos referimos a la delgadez de un niño o niña. Puede ocurrir que sea delgado, pero no esté desnutrido.
La desnutrición es una de las formas de la malnutrición. La malnutrición se refiere a la carencia, exceso o desequilibrio en la ingesta de energía o nutrientes en una persona.
¿Cuáles son los tipos de desnutrición?
La
desnutrición infantil puede ser de varios
tipos:
- Retraso en el crecimiento: estatura inferior a la que corresponde por la edad.
- Emaciación: peso inferior al que corresponde por la estatura.
- Insuficiencia ponderal: el peso es inferior al que corresponde por la edad.
- Carencia de micronutrientes: falta de vitaminas o minerales.
La consecuencia más grave de la desnutrición es que hace que exista una mayor posibilidad de padecer enfermedades que pueden, incluso, producir la muerte.
¿Qué grados de desnutrición infantil existen?
La desnutrición se puede detectar con síntomas como la anemia, la bajada de defensas, los trastornos en el aprendizaje o la pérdida de masa muscular. Todos estos síntomas pueden afectar gravemente al desarrollo de los niños y niñas y producir secuelas en el futuro.
Además, podemos diferenciar tres grados de desnutrición:
- Grado 1, leve: el peso para la edad es normal, pero el peso para la talla es bajo.
- Grado 2, moderada: los menores de 1 año no tienen el peso que corresponde a esa edad o los menores entre 1 y 4 años tienen un peso reducido en relación a su talla.
- Grado 3, grave: los menores de 1 año tienen un peso inferior al 40% respecto al que corresponde a su edad o cuando los mayores de 1 año tienen un peso inferior al 30% en relación al que les corresponde.
Ya tenemos claro qué es la desnutrición y qué tipos y grados existen, pero ¿conoces sus causas?
¿Qué provoca desnutrición infantil?
Las causas últimas de la
desnutrición infantil son la pobreza, la desigualdad y la escasa educación de las madres. Además, existen otras causas subyacentes como la falta de acceso a alimentos debida a un desastre natural o como consecuencia de un conflicto que supone la destrucción de cosechas.
Otro factor fundamental a considerar es la falta de atención médica y el uso de agua insalubre o la inexistencia de saneamiento. Todo lo anterior, produce una alimentación inadecuada y enfermedades y, por lo tanto, desnutrición.
Sin embargo, lo más importante es que
podemos trabajar juntos para que millones de niños tengan acceso a alimentos y crezcan sanos. Te contamos en qué consiste nuestra labor para luchar contra el hambre.
¿Qué hacemos para reducir la desnutrición infantil?
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030 es terminar con el hambre y la desnutrición, de manera que los niños y niñas tengan acceso a una
alimentación saludable y nutritiva.
Para contribuir a conseguir el objetivo de hambre cero en 2030 trabajamos a favor de la
salud en la infancia y desarrollamos proyectos en países como
Guatemala, donde llevamos a cabo sesiones de sensibilización entre las familias para educarlas en buenas prácticas de nutrición, higiene alimentaria y manipulación de alimentos; o
Malí, donde trabajamos para contribuir a mejorar la alimentación y la situación nutricional de niños y niñas a través de la puesta en marcha de un sistema de cantinas escolares y el refuerzo de capacidades de las comunidades y actores locales para la gestión de los comedores, entre otras cosas.
¿Nos ayudas a combatir la desnutrición infantil? Lo puedes hacer con algo tan sencillo como un regalo solidario, por ejemplo, con
dos gallinas y un gallo para que una familia pueda disponer de carne y huevos y mejorar su alimentación, o
100 almuerzos para que los niños y niñas reciban un plátano y un huevo cada mañana para ir a la escuela con energía.
¿Qué te parece comenzar el día con una acción solidaria?
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