El 18 de julio es el día mundial de la escucha, una capacidad que desde Educo consideramos vital para el buen desarrollo de la infancia. Además, la escucha activa promueve la democracia, la no violencia y el cumplimiento de los derechos de la infancia.
La democracia es un valor que nos debería inspirar como sociedad. La tolerancia, la diversidad y el respeto a las ideas diferentes son fundamentales a la hora de relacionarnos e interactuar. La educación en valores democráticos hace referencia al desarrollo de las capacidades y habilidades para una convivencia social fundada en la solidaridad, la participación y el respeto. Así, disponer de una actitud de escucha puede se considera una postura ética y política.
Fomentar formas variadas de participación en la escuela promueve y garantiza el desarrollo de los estudiantes. Una de las formas más simples de participación es la expresión de sus voces. En general, desconocemos lo que piensan y dicen porque no lo escuchamos. Se expresan continuamente y narran sus vivencias, sin embargo, no escuchamos lo que dicen y pocas veces se considera importante para la relación pedagógica. Desde Educo promovemos la escucha activa y la participación como bases de la relación con el estudiantado.
La participación y la escucha forman parte de la función democratizadora que afecta a todos y cada uno de los procesos escolares, incluyendo el sistema de relaciones, los procesos curriculares y las estructuras institucionales. Es un reto llevar a cabo una escucha activa no solo entre los niños y niñas sino también entre niños y niñas y personas adultas en procesos de participación.
La participación implica, por un lado, la posibilidad de formar parte de un grupo expresando opiniones, cooperando en una actividad, situación u oportunidad. Por otro, la posibilidad de ser parte de algo, la capacidad de tomar decisiones acerca del propio destino y muy especialmente de las situaciones que les afectan en el contexto de la comunidad escolar. En definitiva, es un proceso de comunicación, decisión y ejecución que se basa en el intercambio permanente de conocimientos y experiencias, en la escucha activa a las personas implicadas en el proceso y en llevar a cabo acciones conjuntas.
La participación conlleva la posibilidad ser parte de algo y la capacidad de tomar decisiones acerca del propio destino.
La escuela puede fomentar valores democráticos través de prácticas educativas que fomenten que los niños y las niñas deliberen y participen de forma activa. Algunos ejemplos son las asambleas de aula, los consejos infantiles para tratar diversos temas de la comunidad educativa, los grupos de mediación o la incorporación real de las voces del alumnado en los consejos escolares, entre otros. En otro contexto más global, es necesario escuchar sus voces en la toma de decisiones tan importantes como el diseño de una ley educativa.
Por todos estos motivos, el escuchar y fomentar la expresión de las voces estudiantiles es imprescindible ya que son protagonistas centrales en la educación. Promover la participación y conocer qué piensan alumnos y alumnas es vital para mejorar la escuela y promover el desarrollo personal del estudiantado. Así, la escucha activa es clave para la promoción de la democracia participativa, la tolerancia y el respeto con los demás.
Y tú, ¿escuchas?
Derechos de imagen: Michal Jarmoluk en Pixabay
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