Existe un pueblecito en la India donde las decisiones se toman en el Parlamento de los niños y niñas. Ese pueblecito es Astea, ubicado en el estado indio de Maharashtra, y los más pequeños se reúnen una vez al mes para proponer ideas o problemas que les afectan y, entre todos, siempre acompañados por una persona de nuestro equipo, tomar decisiones.
Una de las últimas cosas que han conseguido estos pequeños es que la administración les ponga un autobús para ir al cole, que está a más de seis kilómetros andando del pueblo. La carretera es muy peligrosa, los vehículos pasan a gran velocidad, no está asfaltada y cuando es época de monzones se inunda. La lluvia causa muchos atascos y desniveles de tierra, que terminan por provocar muchos accidentes.
Antes de tener el autobús iban caminando, pero llegaban exhaustos además de poner en riesgo su vida a diario. Algunas veces cogían un rickshaw, o bicitaxi, un vehículo típico de Asia que no se caracteriza por ser muy seguro y además cuesta mucho dinero para una familia con pocos recursos: "Solía viajar a pie o en rickshaw pero son muy inseguros porque sube mucha gente, más de la que cabe, y tenía miedo de caerme. Algunas veces, cuando llovía, acababa faltando a la escuela”, nos cuenta Asmita de 13 años.
La abuela de un alumno nos contaba lo que llegaron a sufrir un día en el que su nieta no volvía de la escuela: "Cuando sabía que iba al cole ya sufría porque han de caminar mucho. Un día mi nieta se quedó atrapada en la carretera por la lluvia y tardó muchas horas en volver. Fue un día muy duro para la familia, pensábamos que le había pasado algo terrible”.
Conseguir el autobús no fue trabajo de un día, fue todo un proceso en el que estuvimos acompañando a estos niños, niñas y jóvenes. Primero plantearon la cuestión al Comité de Gestión Escolar, formado por padres, profesores y alumnos que se reúnen de vez en cuando para garantizar el buen funcionamiento de las escuelas y que los niños y niñas reciban una educación y una atención de calidad. Luego, junto con el Comité, redactaron una carta para la Corporación de Transporte por Carretera del Estado de Maharashtra explicando la amenaza que supone para la seguridad y el bienestar de los niños y niñas la ausencia de transporte público.
Al final, su petición fue aprobada y pusieron a disposición de los niños y niñas un autobús gratuito en la ruta en la que viajan la mayoría de los estudiantes para recogerlos cada mañana y dejarlos cada tarde. No obstante, cuando vieron el gran número de estudiantes que necesitaban este servicio, se puso otro autobús al mes siguiente. En la actualidad, unos 384 alumnos utilizan este trasporte.
Además, en cada pueblo en el que trabajamos formamos el Parlamento de los niños y niñas, que se reúne mensualmente y discute temas que preocupan a los niños, niñas y adolescentes del pueblo. Hoy ya tenemos diecinueve parlamentos y desde que se crearon se van solucionando muchas cuestiones, como la renovación de las aulas o la construcción de salas adicionales para las clases.
Tenemos la esperanza de que, con este trabajo, cada vez más niños y niñas encuentren la manera de expresar sus preocupaciones y también de participar activamente en la solución de los problemas. La participación infantil constituye uno de los pilares fundamentales de nuestro trabajo en la India y creemos firmemente que es fundamental para cualquier cambio sostenible en el tiempo.
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