Un estudio realizado entre 20.000 adolescentes canadienses revela que
comer en familia reduce los efectos sobre la salud causados por el cyberbullying. Como es previsible, ciberacoso o cyberbullying afecta a la salud. La víctima de este tipo de prácticas sufre estrés, ansiedad, trastornos del sueño, irritabilidad y depresión y el riesgo de padecer enfermedades inflamatorias relacionadas con el estrés aumenta. Todos sabemos que en los casos más graves el ciberacoso puede terminar en suicidio y los adolescentes son el grupo de mayor riesgo. La víctima sufre miedo, padece vergüenza y se siente culpable. Se oculta, se aísla y sus relaciones personales se ven afectadas. Además en los niños puede afectar por supuesto a su rendimiento escolar, sobre todo si los acosadores pertenecen a este entorno y el acoso se traslada también a la vida “real”.
Los casos de cyberbullying en niños aumentan cada año, algunos de ellos con consecuencias trágicas. El acceso de los menores a Internet, a las redes sociales y a las aplicaciones de mensajería instantánea es cada vez más frecuente y se produce a edades muy tempranas. Evitar que los menores usen todas las herramientas de comunicación que la sociedad de la información pone a nuestro servicio es imposible además de contraproducente, pero a la vez aumenta el riesgo de nuestros hijos de sufrir abusos. La disyuntiva en la que nos encontramos los padres en estos días es tremenda. Por un lado los niños quieren y deben ser capaces de manejarse en el mundo virtual y por otro, en el mundo virtual escapan un poco de nuestra vigilancia. ¿Qué hacer?
¿Cómo podemos proteger a nuestros hijos en Internet?
Lo primero que debemos hacer como padres es aprender. Si nosotros, los adultos, no sabemos utilizar las opciones de privacidad de FaceBook, no estamos preparados para reaccionar debidamente ante un contacto molesto o abusivo.
Si desconocemos cómo funcionan las nuevas tecnologías y en definitiva no sabemos cómo manejarnos en Internet, proteger a nuestros hijos será imposible. Aprender a manejarse en red es fundamental para poder enseñarlos a ellos.
Cuando tu hijo decida conectarse a Internet debe saber dos cosas: a protegerse frente a peligros potenciales y a reaccionar frente a ataques de desconocidos o conocidos. La mayor garantía de que tu hijo estará a salvo es, casi sin duda, que tenga un buen vínculo contigo y sea capaz de contarte lo que le preocupa, también en la red. De ahí probablemente los resultados del estudio.
El aumento de la confianza y la comunicación con los padres protege casi contra todo.
Los niños tienen muchos menos recursos que los adultos para resolver situaciones complicadas, contar con el apoyo paterno no sólo reduce el tiempo de resolución de este tipo de conflictos sino que además protege de sensaciones como la vergüenza o el miedo. Explicarles a nuestros hijos unas normas mínimas de uso de la red (no compartir datos privados con desconocidos, no subir fotos explícitas, no quedar con desconocidos a solas o en sitios no públicos, etc.) es necesario para que naveguen seguros, pero sobre todo
decirles que cuentan con nosotros si tienen un problema, que nosotros los adultos tenemos herramientas para parar estos casos y recordarles que los apoyamos y que estamos a su lado es fundamental para que los niños estén seguros en la red.
Recuerda además que el ciberacoso es una práctica delictiva. Y que puede y debe denunciarse. Para ello
la Guardia Civil dispone de una web en la que se puede denunciar cualquier tipo de delito telemático.
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Lupuca,
Lars Plougmann.
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