Un viaje con Educo: hablamos de participación infantil con Reinaldo Plasencia

Que lo importante es participar lo hemos oído muchas veces, y para los adultos puede ser una opción factible, pero ¿y la infancia? ¿cómo pueden participar en decisiones que les afectan si muchas veces no son ni tenidos en cuenta? Este es un tema que desde nuestra ONG nos preocupa y nos ocupa. Tanto es así que tenemos programas especiales para oír la voz de los más pequeños y pequeñas. 

Hoy viajamos hasta Nicaragua para hablar con Reinaldo Plasencia, especialista en participación infantil de Educo, quien nos explica por qué es tan importante la participación de los niños y niñas, tanto en los altos niveles de decisión política como en los ámbitos más privados de su cotidianidad. 
 

Desde Educo creemos que la participación infantil debe reunir una serie de características:  

• La infancia debe ser la protagonista: Cuando hacemos participar a los más pequeños, además de ser los protagonistas, también debemos permitirles coger las riendas y tener un espacio para auto gestionarse, hacer y rehacer según lo crean necesario.    
   

• Es proceso transformador. La participación plena de niños y niñas supone un cambio con la situación de partida, ya sea porque se resuelven problemas identificados por ellos, o porque el proceso en sí mismo nos resulta valioso, invitándonos a crecer y ver las cosas de otra manera.  
    

• Debe ser vivencial. Aunque la participación infantil se utilice como herramienta formativa, será mucho más rica si junta teoría y práctica. No solo el conocimiento transmitido por un libro o una persona adulta es útil, sino que las experiencias personales son también muy valiosas para generar conocimiento.   

Por eso, desde nuestra ONG Educo, trabajamos para que la participación infantil se instaure en la realidad cotidiana de los niños y niñas con campañas como Activa la Escucha o la creación de los Clubs de la Escucha, formados por grupos de niños, niñas y profesorado para mejorar la escucha y el diálogo entre niños, niñas y adolescentes y el resto de la comunidad educativa.   

La participación de la infancia puede impulsar cambios significativos y muy positivos para la sociedad. Pero para ello, debemos abandonar el adultocentrismo y empezar a cultivar la escucha activa, así como poner a disposición de la infancia las herramientas y recursos necesarios. 

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